lunes, 10 de diciembre de 2018

La leyenda del carpintero manco.


Ya no soy más carpintero,
no reparo escaleras,
ni cepillo el cerezo,
ya no corto la madera,
ni construyo ya más bancos.

Un listón de roble duro,
hizo resbalar la sierra.
Yo me corté una mano,
me hice un torniquete
y me vine al hospital.

Una médica dispuesta,
me paró la hemorragia,
suturó muy bien el brazo
y preguntó por mi mano:
-¡Se la puedo reimplantar!-

Es que de dolor y rabia,
queridísima doctora,
la arrojé al mesmo río,
de camino al hospital.
Ya no soy más carpintero...